El Flower by Kenzo L’ Absolue tiene un corazón floral con Notas de Azafrán. Y el carácter de la amapola.
El nuevo Eau Perfum Flower by Kenzo L’ Absolue captura el fuerte pero delicado carácter de la amapola con una nueva intensidad. Esta fragancia creada por Alberto Morillas, explora el corazón de la flor.
Fuerte en esencia, el maestro perfumista captura el aroma sofisticado de la amapola y su faceta especiada con el precioso azafrán.
Asimismo, apodado como el “oro rojo”, el azafrán es una especia con una clase propia. Este pistilo difícil de cosechar de la flor, es conocida mundialmente como la especia más costosa. Ya que requiere mucho tiempo y atención. Además, toma no menos de 100.000 flores para lograr obtener un kilo de pistilos.
Por otro lado, el Flower by Kenzo L’ Absolue llega con novedades en su botella y packaging rediseñado.
Dado que la marca está comprometida con el cambio hace años, se preocupa profundamente por diseñar fragancias que son cada vez más respetuosas con el medio ambiente.
Así es que, sin modificar su identidad o forma reconocible, la icónica botella también se ha rediseñado con la responsabilidad ecológica en mente. Lo que se traduce en al menos 15% de vidrio reciclado. También, 25% menos plástico (en las botellas de 100 ml) y packs optimizados. Sumado a cartones de bosques sustentables FSC, y tintas de origen vegetal de origen biológico.
En el camino para cuidar el medioambiente
En la misma línea, Kenzo apoya a Masami Charlotte Lavault, activista y cultivadora de flores. Debido a la cultura y orígenes franco-japonés de la joven mujer tan similar al fundador de la Casa y la pasión compartida por las flores, el encuentro entre Masami y KENZO Parfums era lógica.
Consciente de su deseo salvaje de volver a llevar las flores a las ciudades a través de la horticultura local, Kenzo Parfums está orgulloso de apoyar sus proyectos y darle la bienvenida a la familia como embajadora de la marca.
En 2017, Masami Charlotte Lavault lanzó el proyecto Plein Air Paris, la primera granja urbana de flores en el corazón de la capital. En un oasis de 1.200 m2 en el barrio de Belleville, Masami se esfuerza por cultivar flores de forma biodinámica, respetando las temporadas y la naturaleza, sin usar invernaderos, ni pesticidas.